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Hoy me voy contigo

  • Foto del escritor: Selvin Ariel Pérez Hernández
    Selvin Ariel Pérez Hernández
  • hace 3 días
  • 3 Min. de lectura

Selvin Ariel Pérez HernándezI POESíA I GUATEMALA

Este poema es una meditación sobre la fragilidad de la existencia y la inevitabilidad de la muerte. Con una voz honesta y vulnerable, se recorren dolores, recuerdos y deseos postreros, entre imágenes densas y atmósferas cargadas de nostalgia. La escritura transita entre lo espiritual y lo corporal, revelando heridas del alma, luchas interiores y momentos de revelación. A pesar del sufrimiento, persiste un anhelo de sentido, de belleza en lo cotidiano y de dignidad en el ocaso.



Hoy me voy contigo - diseño

Delgada extensión del ser o dejar ser

donde el hálito de existencia te construye,

de las cadenas que de a poco te detienen

pasas a ser polvo de muerte y sin recuerdo.


Un recuerdo de ser muy remoto

se aferra con la flojedad de la muerte lenta,

se pone de pie al susto de un paro cardíaco,

del tiempo pagadero del orgullo.


En su limbo sin final y sin inicio

te atrapa entre miles de artimañas;

sus fauces, con miles de olores,

te aferran a la creencia de un mejor mañana.


Lenguas envenenadas te sazonan,

no te cubre el manto sagrado de madre:

tropiezos, heridas y laceraciones

rituales, huracanes y todo por las emociones.


Articulaciones rotas con el tiempo,

lagunas de olvido y puertas cerradas,

espectros en media noche,

erectos a la orilla de la cama.


Pienso que la vida es una lucha

que rompe las pertenencias de los logros.

Esta madrugada de desvelo y desgano

habla de mis imploraciones al Creador perfecto.


Hoy la vida me lleva a disfrutar de lo trillado:

volver amar el sonido de las hojas secas en mi camino,

la caída de las gotas en mi techo de aluminio,

amar las inaplicables profecías del vecino anciano.


Estos deseos no se callan por orgullo y recuerdo;

su traqueteo es la fuente de mi lucha,

el fuerte zumbido en mi alma

me hace desearlo con una fuerza ya necia.


La vereda de mis últimos días

llevan las huellas del inválido atormentado;

los moldes van de dos y hasta cinco surcos,

espacios exactos donde sea cuerpo mi delirio.


Pido tiempo al buen dador,

indefenso en los brazos de la desgracia,

y pienso vivir lo poco que me queda,

alternando entre aciertos y desgracias.


Pienso volver a los lugares que amé

solo por escuchar a los proscritos enyugados,

el sonido de bandas nocturnas y desafinadas.

Total, la vida tiene puerto de llegada y salida.


Vivir, aunque sea con pasaje comprado,

soportando el bullicio de las almas abundadas,

habitar lo simple del respiro,

devolver la buena acción que se tuvo conmigo.

 

Ya la vida es un proceso quirúrgico al miocardio,

con un lapso de caminar sin rumbo.

las estaciones deben ser apiladas en tramos cortos;

mi viaje me lleva a sentirme migrante de migajas.

 

Felicito a quien lucha y no se cansa,

con la espada del augurio desenvaina.

Dale, dedico un ¡Te felicito! muy glorioso:

hay que vivir, aunque la perra siga brava.


Que mi último trecho de mi vida

sea duro, lento de movimiento y sin retorno;

con mi letra tosca y sin escuela,

sea el último párrafo de mis memorias funestas.


Que el punto al final sea de teatro,

acoplarse a los suspensivos en que me distraje,

respirar bailando entre rocas,

en el umbral de la última puerta de las sombras.


Quiero las estaciones cortas,

el invierno con olor a rosas,

el respiro helado de mamá

y el sosiego de papá en mis últimas notas.

 

Y aunque el ocaso se meta entre mis alas rotas,

ver sobre mi hombro el paisaje de mi semántica rota;

en mi último destello vibrar con deseos viriles,

aun con mis pupilas rotas.

 

Mi rostro lacerado por desprecios,

sediento del respiro en boca seca,

miro la oquedad de la muerte y grito:

¡Morir ya no me importa!



SELVIN ARIEL PÉREZ HERNÁNDEZ


Fotografía del autor

Originario de Esquipulas (Guatemala, 1987) es Licenciado en Pedagogía y Administración Educativa. Ha desarrollado una trayectoria activa como columnista en la revista mensual Holden y en la Revista Digital CUNORI. Su trabajo literario ha explorado tanto la poesía como su vínculo con otras expresiones artísticas, particularmente la pintura.

Ha impartido talleres de poesía erótica en Quetzaltenango y fue invitado al recital organizado por la Editorial Alas y Plumas, titulado Encuentro con el arte – Poesía y Pintura. En ese contexto, ha llevado a cabo una labor de poetización de obras pictóricas de artistas de reconocimiento internacional. Fue antologado en el Encuentro Internacional Espera Infinita, celebrado en El Progreso, Yoro, en julio de 2024.

Es autor de los poemarios De mis adentros (2019), 33 vueltas alrededor del misterioso (2021) y De verso, en verso, al verso, con Verso (2022).

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